Yelena Gadzhíyevna Isinbáyeva (Volgogrado, Rusia, 3 de junio de 1982) es una atleta rusa retirada, especializada en salto con pértiga, campeona olímpica, del mundo y europea de esta prueba.
Inicialmente quiso ser gimnasta, y entrenó en este
deporte desde los 5 años pero tuvo que abandonarla a los catorce años porque
había ganado demasiada estatura. Inició sus pasos en el atletismo después
de que un técnico le aconsejara que se dedicara al salto. ese momento, llegar a
lo más alto de este deporte fue rápido. Llevaba menos de un año practicando el
salto con pértiga cuando ganó su primer título mundial, en los Juegos Mundiales
de la Juventud de 1998. Tenía 16 años y era la tercera competición de atletismo
en la que participaba.
La pértiga femenina, que no había tenido reconocimiento
olímpico hasta los Juegos de Sydney 2000, puede considerarse una disciplina
joven en el circuito atlético. El mismo año que la estadounidense Stacy Dragila
conseguía la primera medalla olímpica de la pértiga femenina, Isinbayeva se
convertía de nuevo en campeona del mundo júnior, por delante de la alemana
Annika Becker, lo que auguraba que en Atenas 2004 podría tener su gran
oportunidad. En esta ocasión Isinbayeva superó los 4,20 metros; Dragila ganó su
medalla olímpica con un salto de 4,60 metros.
En el 2001, aún en categoría júnior, volvió a ser primera
en el Mundial con un salto de 4,40 metros: una magnífica progresión. En 2002,
después de dar el salto a la categoría sénior, comenzó su particular duelo con
su compatriota Svetlana Feofanova, que en esta ocasión la superó por tan sólo
cinco centímetros, al saltar 4,60 metros en los Campeonatos de Europa.
Ya en 2003, Isinbayeva superó los 4,65 metros y ganó con
ello los Campeonatos de Europa de pista cubierta. Su primer gran momento
deportivo lo vivió el 13 de julio de ese mismo año: superó el récord del mundo
(dejando el listón en 4,82 metros) durante la reunión de Super Grand Prix
celebrada en Gateshead (Inglaterra). En los siguientes mundiales, en que partía
como favorita, tuvo que conformarse con la medalla de bronce. Feofanova (que
batió también su récord del mundo) y Becker le arrebataron los primeros
puestos.
El 2004 fue el año del despegue definitivo de la pértiga
femenina y de un apasionante duelo entre Feofanova y la atleta de Volgogrado.
En una reunión atlética en pista cubierta celebrada en Donetsk (Ucrania),
Isinbayeva saltó por encima de los 4,83, nueva plusmarca mundial, pero
Feofanova saltaría un centímetro más la semana siguiente. Un mes más tarde, en
los Campeonatos del Mundo de pista cubierta celebrados en Budapest, Isinbayeva
ganó la medalla de oro con un magnífico salto de 4,86. Dragila se hizo con la
plata, dejando a Feofanova esta vez en el tercer puesto.
Ya en junio de 2004, de nuevo en Gateshead, Isinbayeva volvió
a elevar un centímetro el listón, a una altura ya de 4,87 metros, para sólo un
mes más tarde, el 25 de julio, volver a elevarlo a los 4,89 en Birmingham
(Feofanova había llegado a los 4,88 en la localidad griega de Heraklion), y
cinco días más tarde, en el Crystal Palace de Londres, a los 4,90, récord del
mundo que se encontraba vigente cuando comenzaron los Juegos Olímpicos de
Atenas 2004.
Con esta progresión las expectativas para la final
olímpica eran enormes. Y la competición, desde luego, no defraudó; el estadio
de Atenas vivió uno de los momentos más emocionantes del atletismo. Las dos
atletas saltaron sin problemas los 4,65 m. Sin embargo, Isinbayeva falló en el
primer intento en los 4,70. Feofanova pasó con limpieza el listón, e Isinbayeva
optó entonces por subir el listón hasta los 4,75, pero volvió a fallar.
Feofanova saltó esta altura al segundo intento, e Isinbayeva volvió a pedir que
se elevara el listón hasta los 4,80, y en ese momento crítico no falló. Además,
elevó de nuevo el listón a los 4,85 y lo sobrepasó limpiamente.
El estadio era ya un clamor, y a Feofanova le fallaron
los nervios, pues no pudo con los 4,80, con los 4,85 ni con unos desesperados
4,90. En un último golpe de efecto, Isinbayeva subió el listón a los 4,91,
altura que pasó limpiamente al primer intento, con lo que se convertía de nuevo
en plusmarquista mundial y por primera vez en campeona olímpica.
Sus 1,74 metros de altura y sus 65 kg de peso, además de
su elegante técnica, la convierten en una mujer con unas dotes excepcionales
para la pértiga. Además, los años entregados a la gimnasia hacen que tenga una
facilidad asombrosa para orientarse y mantener el equilibrio en pleno vuelo
vertical. Así, no es de extrañar que batiera su propio récord en una reunión
celebrada en septiembre de 2004 en Bruselas, dejando el listón en 4,92 metros,
y continuara su ascensión hasta rebasar, por primera vez en la historia de la
pértiga femenina, la barrera de los cinco metros en una reunión de atletismo
celebrada en Londres el 22 de julio de 2005.
En la misma jornada superó el récord del mundo dos veces.
Con ello sumaba diecisiete plusmarcas mundiales en su todavía corta carrera, lo
que la convertía en una leyenda del atletismo con tan sólo veintitrés años.
Isinbayeva quiso, con esta excepcional marca, homenajear a las víctimas de los
atentados ocurridos en la capital británica pocos días antes, el 7 de julio, en
los que murieron varias decenas de personas.
En agosto de ese mismo año, en los Campeonatos del Mundo celebrados en Helsinki, elevó de nuevo el listón con un decimoctavo récord del mundo: 5,01 metros. En febrero de 2006 hizo lo propio con la marca “Indoor”, dejando el listón en 4,91 metros en Donetsk (Ucrania).
Tras su retirada en 2016, fue elegida para la Comisión de
Atletas del COI. En los años más recientes, se ha convertido en una entusiasta
tiradora: realiza frecuentemente publicaciones practicando este deporte. Además, ha expresado
su interés por lanzar su propia línea de moda.
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